martes, 17 de marzo de 2009

Principios

Decía garcía Márquez que lo más importante de un libro era el primer párrafo.Ponía como ejemplos el principio del Quijote o el de La Metamorfosis de Kafka : Cuando Gregorio Samsa se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertido en un monstruoso insecto. Decía que son principios que animan a leer un libro.Yo siempre he pensado que un gran principio es el de Cien años de soledad:"Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de 20 casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo".



El caso es que me he quedado sin lectura y estoy releyendo un libro de cuentos de garcía Márquez que he encontrado en una librería de segunda mano. Y he alucinado con este principio: Al tercer día de lluvia habían matado tantos cangrejos dentro de la casa, que Pelayo tuvo que atravesar su patio anegado para tirarlos en el mar, pues el niño recién nacido había pasado la noche con calenturas y se pensaba que era a causa de la pestilencia. [...] La luz era tan mansa al mediodía, que cuando Pelayo regresaba a la casa después de haber tirado los cangrejos, le costó trabajo ver qué es lo que se movía y se quejaba en el fondo del patio. Tuvo que acercarse mucho para descubrir que era un hombre viejo, que estaba tumbado boca abajo en el lodazal, y a pesat de sus grandes esfuerzos no podía levantarse, porque se lo impedían sus enormes alas.


El título de la recopilación lleva el nombre de uno de los cuentos que tampoco tiene desperdicio: La incríble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada.

PURA VIDA

2 comentarios:

Unknown dijo...

Ahir, el club dels irreductibles va visitar la taverna irlandesa per celebrar, no Sant Patrici, sinó el ritual ancestral de compartir l'estona amb els amics amb una Guinness. "Ja me n'adono que tan sols hi faltes tu".

Fins aviat

Manu dijo...

Gràcies , Jordi