
El caso es que me he quedado sin lectura y estoy releyendo un libro de cuentos de garcía Márquez que he encontrado en una librería de segunda mano. Y he alucinado con este principio: Al tercer día de lluvia habían matado tantos cangrejos dentro de la casa, que Pelayo tuvo que atravesar su patio anegado para tirarlos en el mar, pues el niño recién nacido había pasado la noche con calenturas y se pensaba que era a causa de la pestilencia. [...] La luz era tan mansa al mediodía, que cuando Pelayo regresaba a la casa después de haber tirado los cangrejos, le costó trabajo ver qué es lo que se movía y se quejaba en el fondo del patio. Tuvo que acercarse mucho para descubrir que era un hombre viejo, que estaba tumbado boca abajo en el lodazal, y a pesat de sus grandes esfuerzos no podía levantarse, porque se lo impedían sus enormes alas.
El título de la recopilación lleva el nombre de uno de los cuentos que tampoco tiene desperdicio: La incríble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada.
PURA VIDA

2 comentarios:
Ahir, el club dels irreductibles va visitar la taverna irlandesa per celebrar, no Sant Patrici, sinó el ritual ancestral de compartir l'estona amb els amics amb una Guinness. "Ja me n'adono que tan sols hi faltes tu".
Fins aviat
Gràcies , Jordi
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